miércoles, 27 de septiembre de 2017

Ahí viene el campeón

Haile Selassie no se relaja nunca y, a pesar de haber alzado el trofeo del último Torneo Apertura, sigue mostrando hambre de gloria. Perro Quemado lo sufrió en la cuarta fecha del Clausura en un partido que terminó 4 a 1.


Por Roi Waremkraut

Por la cuarta jornada del Torneo Clausura de Fútbol 8 “A” de los domingos, se enfrentaron dos viejos conocidos. De un lado Perro Quemado (ex “La Cheche”) y del otro Haile Selassie. Si bien ambos conjuntos tienen una identidad de juego constituida, el último campeón se muestra imbatible. Es un equipo armado de atrás para adelante, que rara vez se desordena, es muy intenso en lo físico, desgasta a los rivales y los termina matando con la efectividad de sus atacantes. Así fue la final del Torneo Apertura y se repitió en el duelo frente a Perro Quemado, que finalizó 4 a 1 para el azul.

El primer tiempo fue muy trabado y hablado. La fricción y los pelotazos le ganaron a la elaboración, lo cual se reflejó en las pocas ocasiones de gol en ambos arcos. A los 10 minutos, cuando todavía no había pasado nada, Haile Selassie encontró el gol a través de un tiro libre bien ejecutado por Hernán Disia. La desventaja en el resultado obligó a Perro Quemado a adelantarse en el campo y en una de las pocas jugadas asociadas que tuvo en todo el encuentro, pudo alcanzar la igualdad. A la salida de un lateral, los futbolistas de blanco jugaron a un toque y metieron una pelota al segundo palo, por donde ingresó Axel Cappiella para poner el 1 a 1. El empate duró poco, ya que un minuto más tarde fue el turno de anotar del “Panda” Lucas Ramos, que definió una hermosa combinación en ataque para volver a dejar a los suyos arriba en el marcador. El trámite volvió a ser trabado, como le convenía al campeón, y se fueron al descanso 2 a 1.

El complemento arrancó de la misma manera, con Perro Quemado intentando adelantarse, pero chocando constantemente con una defensa férrea de los azules, que trataban de salir de contragolpe para lastimar. Con el correr de los minutos, la impotencia se apoderó del equipo blanco y la confianza creció en su rival, que a los 12 minutos se puso 3 a 1, con una definición de Germán Langón tras una serie de rebotes en el área; y sobre el final anotó el cuarto para decorar el resultado.


Lamentablemente, los jugadores hablaron mucho en los últimos minutos y el partido se picó. El pitazo final selló el 4 a 1 definitivo y podría haber terminado con alguna pelea fuera del campo, pero por suerte la cuestión no pasó mayores, los ánimos se enfriaron y los equipos ya están pensando en la próxima fecha. 

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