Haile Selassie no se relaja nunca y, a pesar de haber alzado
el trofeo del último Torneo Apertura, sigue mostrando hambre de gloria. Perro
Quemado lo sufrió en la cuarta fecha del Clausura en un partido que terminó 4 a
1.
Por Roi Waremkraut
Por la cuarta jornada del Torneo Clausura de Fútbol 8 “A” de
los domingos, se enfrentaron dos viejos conocidos. De un lado Perro Quemado (ex
“La Cheche”) y del otro Haile Selassie. Si bien ambos conjuntos tienen una
identidad de juego constituida, el último campeón se muestra imbatible. Es un
equipo armado de atrás para adelante, que rara vez se desordena, es muy intenso
en lo físico, desgasta a los rivales y los termina matando con la efectividad
de sus atacantes. Así fue la final del Torneo Apertura y se repitió en el duelo
frente a Perro Quemado, que finalizó 4 a 1 para el azul.
El primer tiempo fue muy trabado y hablado. La fricción y
los pelotazos le ganaron a la elaboración, lo cual se reflejó en las pocas
ocasiones de gol en ambos arcos. A los 10 minutos, cuando todavía no había
pasado nada, Haile Selassie encontró el gol a través de un tiro libre bien
ejecutado por Hernán Disia. La desventaja en el resultado obligó a Perro
Quemado a adelantarse en el campo y en una de las pocas jugadas asociadas que
tuvo en todo el encuentro, pudo alcanzar la igualdad. A la salida de un
lateral, los futbolistas de blanco jugaron a un toque y metieron una pelota al
segundo palo, por donde ingresó Axel Cappiella para poner el 1 a 1. El empate
duró poco, ya que un minuto más tarde fue el turno de anotar del “Panda” Lucas
Ramos, que definió una hermosa combinación en ataque para volver a dejar a los
suyos arriba en el marcador. El trámite volvió a ser trabado, como le convenía
al campeón, y se fueron al descanso 2 a 1.
El complemento arrancó de la misma manera, con Perro Quemado
intentando adelantarse, pero chocando constantemente con una defensa férrea de
los azules, que trataban de salir de contragolpe para lastimar. Con el correr
de los minutos, la impotencia se apoderó del equipo blanco y la confianza
creció en su rival, que a los 12 minutos se puso 3 a 1, con una definición de
Germán Langón tras una serie de rebotes en el área; y sobre el final anotó el
cuarto para decorar el resultado.
Lamentablemente, los jugadores hablaron mucho en los últimos
minutos y el partido se picó. El pitazo final selló el 4 a 1 definitivo y
podría haber terminado con alguna pelea fuera del campo, pero por suerte la
cuestión no pasó mayores, los ánimos se enfriaron y los equipos ya están
pensando en la próxima fecha.