Ramiro Bueno es el hijo de Rodrigo, una de las leyendas más
importantes del cuarteto cordobés, y a partir de la sexta fecha del Torneo Apertura
de fútbol 8 “B” de los domingos, integrará el plantel de La Masía, puntero del
certamen.
Por Roi Waremkraut
¿Cómo llegaste a La
Masía?
Llegué gracias a unos
amigos, ex compañeros de la facultad, que formaron este equipo. Al principio no
me podía acoplar a los horarios, pero después de un par de meses pude hacerlo y
ahora voy a disputar el torneo con ellos, voy a ser parte del plantel de La
Masía.
¿Cuándo vas a empezar
a jugar?
Todavía no debuté. Mi
primer partido va a ser este domingo a las 11 hs. Vamos a ver qué onda.
¿Qué expectativas
tenés?
Conozco a algunos de
los chicos y sé que son pibes que le ponen toda la garra del mundo. Conozco al
capitán, que deja alma y vida en la cancha, es un defensor de la hostia.
También quiero tener el placer de conocer gente nueva, compartir con ellos y
formar un nuevo grupo de amigos, que es lo mejor de todo.
¿Sabés que el equipo
está puntero?
Sí, me lo comentaron.
Están metiéndole fichas a esto todo el tiempo en el grupo de Whatsapp. Se ve
que están muy comprometidos y le están poniendo todo a este campeonato.
Inclusive se juntan a jugar en la semana, lo cual es muy positivo en un equipo
de fútbol.
¿Te vas a sumar a los
entrenamientos?
Si coincido con los
horarios, me encantaría. Además, me serviría para sentirme cómodo con ellos, ir
conociéndolos poco a poco y general un buen vínculo.
¿De qué jugás?
Juego de volante por
afuera y de cinco, puedo ocupar cualquiera de las dos posiciones. Me gusta
distribuir el juego en la mitad de la cancha, soy bastante defensivo y cuando
paso al ataque, si juego por afuera, soy mucho de hacer el ida y vuelta. Me
gusta más jugar de cinco porque me permite trabar, crear y ponerle mi toque al
juego, que es lo que me gusta.
¿Sos de Belgrano como
tu viejo o tenés pasión por otro club?
Soy hincha de River
desde chico y también tengo una gran simpatía por Belgrano de Córdoba, que es
el equipo del cual era hincha mi viejo, le tengo un gran cariño. También quiero
mucho a El Porvenir, que es el club en el que me formé como jugador profesional
en divisiones inferiores y estuve medio año entrenando en primera.
¿Cómo fue esa
experiencia en El Porvenir?
Fue muy lindo, jugué
tres años y medio. Hice inferiores desde quinta división, los años
correspondientes de cuarta y medio año en primera. Hice la prueba, quedé y
cuando ya era parte del equipo empecé a pelear día a día, aprendiendo lo que es
ser jugador, con el sacrificio que implica: levantarse temprano, viajar todos
los días desde Chacarita, donde vivo, hasta Lanús. Vivo y siento el fútbol de
una manera muy particular, tengo una pelota tatuada en la espalda con una frase
que dice “Mi manera de ser feliz”, para mí el fútbol es todo y lo que más me
gusta. Es como una terapia para mí.
¿Por qué dejaste esa
carrera?
La dejé porque el club
no me estaba brindando nada positivo. Nos habían dicho que a la categoría más
grande nos iban a probar con el equipo de primera para que nos viera el
técnico, y nunca lo hicieron. Nos prometieron que íbamos a ir en julio, llegó
septiembre y no nos habían mandado. Además estaba el tema del viaje que en el
día a día era un presupuesto importante. Por eso opté por dejar y hasta el día
de hoy es un dolor grande que me quedó. No llegué, pero no por las condiciones
mías, sino porque no me permitieron mostrar lo que tenía para dar.
¿Cómo seguiste tu
relación con el fútbol a partir de ese momento?
Seguí jugando recreativamente
con amigos. Juego también en otro torneo con Girona Fútbol y me divierto mucho.
Es lo que me quedó para sacarme la espina que me dejó haberme ido del fútbol
profesional. Lo disfruto mucho y espero que pase lo mismo en La Masía. Ojalá
pueda lograr cosas grandes.
¿Sabés si tu viejo
jugaba al fútbol?
No, me dijeron que mi
viejo era de madera, un defensor rústico al que no le iba bien con la pelota en
los pies, pero metía.
¿Vos tenés alguna
relación con el cuarteto?
Sí, escuchó mucho las
canciones de mi viejo en mi vida cotidiana. Me gusta el cuarteto, lo vivo, lo
siento a flor de piel. Es uno de mis estilos de música preferidos.
¿Encontrás alguna
relación entre el fútbol y el cuarteto?
Sí, porque cuando uno
comparte la previa de un partido en el vestuario suena ese tipo de música, la
tropical, la cumbia, el cuarteto. Sirve para ponerle alegría al vestuario.
Cuando entrenaba en El Porvenir a la mañana siempre escuchábamos ese tipo de
música, una cumbia de Los de Fuego, La Sonora o mi viejo. Para mí está todo
vinculado con el fútbol.
¿A qué te dedicás
ahora?
Soy periodista
deportivo. Me recibí hace un año y medio, y tengo un programa de radio que se
llama “Invictos en el deporte”, que sale por streaming los martes y los jueves
de 20 a 21 hs. Es una experiencia muy linda, soy productor y conductor, y
abarcamos todo lo que es el mundo deportivo. El capitán de La Masía también es
parte del programa los jueves, así que estamos compartiendo la misma pasión
también afuera de las canchas.
¿Cuál es el objetivo
que tenés con La Masía?
Quiero ser campeón.
Obviamente hay que dejar todo en cada partido, pero yo quiero el objetivo
máximo. Además, vivo el fútbol con mucho compromiso, a flor de piel. Con Girona
nos quedamos afuera de la pelea por el campeonato y me puse a llorar, imagináte
cómo lo vivo.