viernes, 24 de enero de 2020

El vende humo del equipo


Todo plantel cuenta con un motivador nato, aquel que siempre está pendiente de levantar el ánimo de sus compañeros en cada partido, y después mete un gol en contra.

Por Roi Waremkraut

Hay funciones que no pueden faltar en un equipo de fútbol que quiera pelar por cosas importantes. Tiene que haber un arquero de categoría que brinde seguridad y aparezca en los momentos decisivos, un volante central que sea el termómetro del equipo, un nueve que te clave al menos un gol por partido y un vende humo que se encargue de motivar a todos aunque no sepa patear la pelota.

¿Quién no conoce a ese lateral por izquierda que antes de cada partido le grita a todo el mundo: “A estos nos los comemos crudos”, “hoy salimos de la malaria” o “el que crea que no podemos ganar que no entre a la cancha”? Usualmente, es el mismo lateral izquierdo que a los 5 minutos del primer tiempo falla un pase y le deja servido el gol al nueve rival, y después se va expulsado faltando 10 minutos por pegar una patada de burro e insultar al árbitro.

También está el típico número cinco que vende humo ordenando constantemente a todos sus compañeros adentro de la cancha, que exige compromiso en la semana pidiendo que todos coman sano y hagan ejercicio para llegar bien al partido, y después camina la cancha y hace pases laterales sin ninguna utilidad.

Más de un lector estará pensando en ese arquero que se la pasa felicitando a todos los jugadores de campo, aplaudiendo los intentos de buen juego aunque salgan mal o los remates al arco que se terminan yendo al lateral. Normalmente es el mismo arquero que calcula mal en el primer centro al área, sale a cualquier lado y cuando se quiere dar cuenta el equipo ya está sacando del medio. Igual nunca pierde la moral y segundos después de haberse comido el gol ya está con los aplausos y otra vez a los gritos: “No pasó nada muchachos, dale”.

Aunque sean fábricas contaminantes de humo, es imprescindible tener a este tipo de compañeros en el equipo, porque si no entraríamos dormidos a la cancha o no iríamos a jugar. Si falta la motivación, el fútbol pierde algo de gusto. Además, después del partido siempre vamos a tomar una birra y podemos descansar al vende humo a piacere.

1 comentario:

  1. Este comentario va para los muertos de revagancia magnetica, particularmente para el vende humo del narigon que tiene dos piernas izquierdas el tronco ese.
    Y por favor... Piczman aflojale al flan y al mendicrim! no podes correr ni el colectivo.

    atte.

    pd: llamen a susurro para dar un salto de calidad, el gran vallenato.

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