lunes, 26 de agosto de 2019

El jugador que nunca terminó un partido


Néstor Rojas juega en Golpeadores FC y tiene la característica particular de haber sido expulsado en todos y cada uno de los partidos que jugó en TdeA.

Por Roi Waremkraut

¿Qué te pasa Néstor?
Le hago honor a mi apellido. A mi viejo no le gustaba terminar los partidos, lo mismo mi abuelo, y así para atrás. Cuenta la historia que mi tatarabuelo, Eustaquio Rojas, fue el primer expulsado de la historia del fútbol argentino, en un partido entre trabajadores portuarios de Buenos Aires y marineros ingleses. Yo tengo la responsabilidad de continuar con esa tradición.

¿Pero tus compañeros no te putean?
Algunos sí, pero yo avisé de entrada cómo es mi juego. Además, juego menos de la mitad de los partidos, por las suspensiones. Y cuando tenemos que jugar algún partido importante, calculo bien para que me echen al final, cuando está todo definido.

¿En qué posición te movés?
Puedo ser defensor o volante central. Me gusta más jugar en el medio, porque hay más opciones para la patada o el codazo. Ahí siempre se junta gente y en el tumulto puedo aprovechar para cumplir con mi tarea.

¿Te encontraste con algún árbitro que no te quisiera expulsar?
Sí, en un amistoso de pretemporada me dirigió Legui y antes del partido me llevó a un costado y me dijo: “Hoy se te acaba, no podés irte siempre expulsado.”. Me cansé de pegar ese partido, íbamos ganando y hacía tiempo deliberadamente, usé todas las herramientas porque sabía que iba a estar difícil. Finalmente, me echó.

No se entiende por qué tus compañeros te siguen incluyendo en el equipo.
Es que cumplo un rol fundamental. Ellos estudian antes de cada partido a los rivales para saber quién es el distinto, el que nos puede complicar. Entonces yo me encargo de sacarlo de la cancha con una buena patada. El rival se queda sin su figura y nosotros con un jugador menos, la mayoría de las veces es negocio.

¿Recordás cuál fue tu mejor expulsión?
Por supuesto, fue en una semifinal contra La Tiene el Tano. Estábamos ganando por uno y ellos sacaron un contragolpe que era gol seguro faltando 2 minutos. Eran dos de ellos contra mí, que era el último hombre, y el arquero. Me tiré en plancha para adelante con las dos piernas bien abiertas y los agarré a los dos, afuera del área. 
Roja para mí y clasificación a la final para Golpeadores.


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