La Re Pandilla perdía 3 a 0 contra Icardiar al término del
primer tiempo. En la segunda mitad, dejó todo en la cancha y empató el partido.
En los penales lo ganó sin sobresaltos y se llevó el torneo.
Por Martín Wajsbrut
Había salido primero en el campeonato y superado a su rival
de la final por goleada. Tras pasar los cuartos de final y la semi por amplio
margen, los nervios y las lesiones le jugaron una mala pasada a La Re Pandilla y estuvo en desventaja por tres goles. El ingreso de sus jugadores más
determinantes y las ganas de llevarse el título le dieron la fuerza para
empatar el encuentro y ganarlo en los penales.
Todo estaba muy cerrado y parejo, cuando Icardiar se encontró con el primer grito del partido.
Alejandro Angglucci avanzó con la pelota y desde una posición muy lejana sacó un remate muy veloz que pegó en el palo y se metió en el arco de Adrián Jaime. El gol le dio confianza al equipo y con la conducción de Juan Mobbili, empezó a manejar las acciones del encuentro con autoridad. El 10 le rompió el palo izquierdo al arquero y tuvo también otras chances de marcar.
El que logró plasmar la superioridad en el resultado fue
Joaquín López, que recibió un pase largo y definió cruzado. En la jugada
siguiente, los nervios se apoderaron de la defensa de La Re Pandilla y Lautaro
Granda ganó en la presión y dejó solo a López que puso el tercero. El
entretiempo llegaba con un claro vencedor, pero el campeón cambió casi la
totalidad de su formación y en el segundo tiempo cambió el destino del partido.
El ingreso de Gonzalo Calderón y el adelantamiento de
Emiliano Ortenz hicieron que todo ocurra cerca del arco defendido por Agustín
Pina, que cerró con candado los tres palos hasta donde pudo. Calderón, goleador
del equipo, fue el encargado de romper la maldición con una gran definición
cruzada desde la izquierda. Los otros
tantos fueron tiros muy fuertes desde media distancia. Primero Matías Yanczuk
luego de un pase atrás, y luego Alan Aguirre con un tiro esquinado inatajable.
La Re Pandilla siguió atacando, pero desde el empate hasta
el final, el que tuvo la chance más clara fue Icardiar. Juan Mobbili se escapó
de la defensa en velocidad y Adrián Jaime evitó el gol con una mano abajo tras
la definición. 3-3 y a penales, donde el campeón ganó con mucha autoridad.
Metió los tres tantos, autoría de Yanczuk, Aguirre y Ortenz, mientras que el
rival no pudo convertir ninguna de sus ejecuciones. El arquero salvó el primero
y los otros se fueron desviados.