Fui a la pelota
empezó perdiendo contra El Ñupi desde el comienzo del partido y desperdició un
sinfín de ocasiones para empatarlo. Sin embargo, en el segundo tiempo le
propició a su rival un monólogo futbolístico y terminó llevándose la final por 4 a 1. Es su sexto título.
Por Martín Wajsbrut
Arrancar una final ganando desde el principio puede ser una
bendición, pero también un infierno. El Ñupi se encontró con un gol en el
inicio del partido y le entregó a Fui a la Pelota el dominio de las acciones.
El Rojinegro, que estuvo acompañado por una batucada que no dejó alentar en
ningún momento, tuvo muchísimos inconvenientes para concretar las posibilidades
de empatar el encuentro, pero una vez que se le abrió el arco no hubo forma de
pararlo.
El Ñupi se puso en ventaja en su primera aproximación al
área rival. Alejandro Marcez envió un centro frontal desde un tiro libre y
Daniel Dizz cabeceó para enviar la pelota adentro del arco. Instantes después
del gol, Nahuel Romero sintió un tirón en una de sus piernas y fue reemplazado
en el arco del Ñupi por Javier Claria, quien demostró estar a la altura de las
circunstancias pese a la derrota. Fui a la Pelota comenzó a aumentar la
intensidad del juego y terminó la primera mitad muy cerca del arco rival.
El segundo tiempo fue un verdadero agobio del Rojinegro, que
dejaba bien en claro que no tenía ninguna intención de perder la final. Javier Claria logró controlar en forma casi
milagrosa una pelota que se había desviado en un defensor y luego Jonathan
Fernández ejecutó muy bien un tiro libre, pero la pelota pegó en un compañero y
se fue de la cancha. Las chances eran tan concretas, que hasta daban a pensar
si habría otras tan claras como aquellas.
El empate terminó llegando con un desborde por la derecha de
Agustín Ortiz, que encontró a Jonathan Fernández, goleador del equipo, que esta
vez no tuvo problemas en vencer a Claria. Benjamín Rinaldi tuvo una chance para
poner en ventaja al Ñupi, pero no pudo ser y en la jugada siguiente el árbitro
cobró penal para Fui a la Pelota por mano de Alejandro Marcez. Jonathan Fernández
disparó muy fuerte al medio y arriba, y le dio la ventaja a su equipo.
Una vez que tuvo el resultado a su favor, el hexacampeón no
vio jamás amenazada su victoria. Con el monopolio de las ocasiones para marcar,
siguió insistiendo y terminó floreándose. El 3 a 1 fue obra de Agustín Ortiz de
cabeza, tras recibir un pase por esa misma vía. Tito, como lo llaman, casi
clava al ángulo una pelota luego de una gran jugada personal. El encargado de
marcar el 4 a 1 final fue Hernán Mencho, que ejecutó con precisión un tiro
libre al palo del arquero.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario