lunes, 22 de mayo de 2017

Prueba de carácter

Independiente le dio vuelta el partido a Huracán y lo venció 2 a 1 con goles de Ezequiel Barco, de penal, y de Walter Erviti sobre la hora.


Por Martín Wajsbrut

El Rojo se pudo sobreponer tras arrancar abajo y ganó tres puntos muy importantes de cara a lo que viene. El equipo de Ariel Holan tuvo un primer tiempo muy flojo y el Globo lo golpeó en la primera chance que tuvo. Ya en el complemento, el equipo mejoró mucho y con ímpetu se llevó la victoria que tanto necesita para seguir soñando con entrar a la próxima Copa Libertadores.
Poco había pasado en el partido cuando Emmanuel Gigliotti apareció en el arco equivocado y le dio la ventaja al equipo de Parque Patricios. Martín Campaña le sacó un muy buen cabezazo a Matías Fritzler, pero en el rebote el Puma quiso despejar y la metió adentro del arco. El resto de la primera mitad pasó con suma intrascendencia. Ezequiel Barco era el único que lograba desequilibrar, aunque en ningún momento hubo peligro para Marcos Díaz.
En el entretiempo, Holan mandó a la cancha a Walter Erviti por Nery Domínguez, y el equipo empezó a inclinar la cancha. Con Barco, que se cambió de punta, pero también con Emiliano Rigoni, que había estado muy inactivo en la primera parte. El Rojo merodeaba el arco rival, pero las definiciones no eran precisas. Huracán pudo definir el pleito con un centro de Ignacio Pussetto, tras una gran habilitación de Alejandro Romero Gamarra, pero Martín Campaña tuvo una estupenda reacción y despejó la pelota antes que le llegue a Norberto Briasco.
A falta de poco más que quince minutos para el final, Hugo Nervo contuvo un centro de Barco con la mano y Fernando Echenique cobró penal. El propio Barquito, al igual que contra Estudiantes, se hizo cargo y definió al palo izquierdo de Díaz para poner el empate. Ya estaba Maximiliano Meza en reemplazo de Damián Martínez, quien no aprovechó su oportunidad y jugó un partido discreto. Ya casi en tiempo cumplido, entró Lucas Albertengo por Martín Benítez.
El encuentro parecía cerrado, y a pesar de que se mantenía el invicto, el sabor era agridulce. La alegría llegó en el final. Nicolás Tagliafico agarró un rebote y en vez de intentar un tiro directo, habilitó a Albertengo que entró por izquierda, y le puso la pelota en la cabeza a Erviti, que la metió y desató la locura de todos los hinchas de Independiente. Apenas unos segundos pasaron para que Echenique pite el final.

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